El aumento de la expectativa de vida y la preocupación por una vida saludable ha contribuido a que hoy en día, sea más fácil envejecer con más calidad de vida.
La piel, con la edad empieza a perder algunas de sus propiedades de resistencia y autorregulación, iniciándose un proceso de deshidratación superficial, pero no por ello poco importante.
La sensación de tirantez suele ser debida a esta falta de hidratación, la piel se descama y se muestra áspera con un aspecto de poco luminoso. Todo tipo de pieles pueden estar deshidratadas, no solo las comúnmente llamadas pieles secas, e igual que el cuerpo, la piel necesita agua para vivir y poder realizar con normalidad todas sus funciones.
En la actualidad los ingredientes y las nuevas tecnologías destinadas a las pieles deshidratadas han mejorado notablemente y sobre toda la capacidad de poner medir el grado de deshidratación de una piel y el grado de mejora tras un tratamiento.